Pues después de esos locos y felices años 20, que aportaron grandes cambios iniciados en 1909, una larga década, aunque parezca mentira, pero los cambios no son tan bruscos ni aparecen de repente.
Ya sabemos que comenzaron a rechazar el corsé y fueron modificándolo por sujetadores o brassieres y fajas, fue la gran novedad, aunque no abandonaron totalmente el corsé sí que lo liberaron de opresiones brutales y despejaron la zona del pecho, además de incluirle ligueros, más bien eran como fajas largas.
Ya se puede considerar 40´s, En 1937 aparece el nylon, y aparece con él Elsa Schiaparelli siendo la primera en utilizar el plástico en sus bolsos de noche.
Las varillas y cierres del nuevo corsé (faja + sujetador) comienzan a ser de nylon.
Los 40, la Segunda Guerra Mundial y la posguerra, provoca otro cambio en la mujer, deja el romanticismo y el glamour y languidez de los 30 para pasar a la austeridad, triunfa el estilo masculino militar con trajes con hombreras, contrastando con el femenino de marcar cintura, el nuevo corsé (faja + sujetador) exagera sus curvas, menos cintura + pecho, más cortas, ya que suben de nuevo las faldas, esta vez masivamente.
Hasta la propia Coco Chanel sucumbe al corsé, a una nueva línea de trajes:
Marcando de nuevo la cintura de avispa y abandonando la línea olgada y cómoda tan característica suya.
Vuelta al corsé
El corsé fue adorado de nuevo tras la Segunda Guerra Mundial y triunfando durante los años 50 como modelo de seducción, éstos exageraron sus formas dando muchísima importancia al pecho aumentando su volumen de manera exagerada, tenían que mostrar de nuevo su feminidad extrema, tanto que llegaba a ser antinatural, con el pecho en posición de manos arriba o disparo; y por supuesto marcando cintura, estrangulándola de nuevo; la mujer volvía a distinguirse del hombre apostando por lo nada natural y por la incomodidad, por la seducción de lo que puede haber, con grandes desilusiones muchas veces de encontrar lo que había realmente o al contrario, con gratas sorpresas en otros casos.
También es verdad que conseguían una figura extraordinariamente femenina, y los grandes creadores de la costura disfrutaban realizando modelos espectaculares consiguiendo realzar la feminidad y la elegancia al máximo, como Christan Dior y Balenciaga.
Mujeres extraordinarias como Sofia Loren
Comptencias en tamaños....¡Pillada!. Yo sigo quedándome con Sofia Loren.
Y con Anouk Aimée:Durante los años 60 comenzó a experimentarse un nuevo cambio marcado por una nueva crisis social, al mismo tiempo contrastando con el afán de continuar los felices años 50, por lo que los corsés entre “Pinto y Valdemoro” poco a poco fueron suavizando las curvas.
Brigitte Bardot dando la entrada a los 60, y aquí muy 50´s:
En 1968, el año ya definitivo que de nuevo marcó el odio al corsé, apostando por la libertad total de la mujer, surgiendo nuevos modelos de belleza naturales y libres, de cuerpos más atléticos, delgados y suavidad de curvas, sin ropa interior o la mínima expresión, como Jane Birkin, Twiggy, Jacqueline Bisset…marcando una nueva revolución y era, los 70´s.
Los fabricantes de corsetería lo pasaron realmente mal, Belcor y Warners apostaron por incorporar la versión sujetador “lleva o no lleva”, sin aros, con los colores de moda exterior, de un nylon tan fino y suave, que parecía que no llevaba ropa interior.La otra variante de los corsés, las fajas, quedaron para uso de las mujeres muy mayores o muy clasiconas.
En los 80, después de otra crisis económica y social, y desprecio hacia los hippies, vuelve el corsé, pero esta vez siguiendo la moda como un juego, y volviendo a admirar los 50, su parte más atractiva y onírica de los 50s, quedándose solo con su estética y exagerando más la nota para unas minorías y tribus sociales.
Otra vez yo con el corsé de Christian Dior de los 80, con ballenas y liguero, aunque lo oculta el culotte de los 50 con corchetes. |
Mylene Farmer |
El corsé llega a ser una de las prendas preferidas desde los punks a los góticos.
Aparece la novedad del body, una nueva variante del corsé, la unión entre la braguita y el sujetador, más altos, más cómodos, odian las fajas, pero sigue el corsé como prenda especial y delicada, más cómodo, con varillas flexibles y tejido con un gran porcentaje de lycra.
Más corpiños y bustiers que corsés. Adoración por el aumento del pecho, apareciendo el famoso “Wonderbra”. Además el boom de intervenciones quirúrgicas con la famosa silicona....
Y un "must" llevar corsés y sujetadores, o inspirándose en ellos con pequeños bustiers de complemento con las chaquetas, como este caso de Christian Dior de 1995:
Comienza el siglo XXI con unos años felices, de crecimiento económico, marcando la tendencia ecléctica, vuelta al vintage, el gusto por todo y la ostentación, el afán por el lujo.
Dita Von Teese, una de las que más adora esta tendencia y ese estilo encorsetado de los 50, modelo ideal para Wonderbra y Jean Paul Gaultier.
Esta vez ha sido más dedicada a los corsés que a los corpiños, con su versión exterior, haciendo función de corpiño desde los años 80 hasta ahora.
Y la siguiente por fin cortita, lo prometo, toca lo que tenemos ahora en pleno siglo XXI con sus inspiraciones entre los corsés y corpiños.Acabaréis odiándolos o amándolos....
Fuentes imágenes /myvintagevogue.com