jueves, 7 de noviembre de 2013

Recordando


Recordando esos años como fueron los 80, recordando a un gran compañero y amigo, recordando a Vicente Mateu, un gran profesional y gran persona, de los que podemos contar con los dedos de la mano, ya que personas así no abundan. Tuve la gran suerte de haberlo conocido, como compañero y como amigo durante los primeros años de la década de los 80, todo un privilegio.

Y ahora, después de pasar una larga semana buscando obras suyas que tenía guardadas, y que solo he podido encontrar algunas pequeñas cosas como recortes de prensa, que guardé y echando de menos muchas más; le quiero brindar un pequeño homenaje, porque desgraciadamente ya no lo tenemos aquí con nosotros, se ha ido demasiado pronto uno de nuestros grandes iniciadores de la moda española durante esos 80 y dentro de esa nuestra y ya mítica “Moda de España”, un gran diseñador, muy querido y admirado por todos los que le hemos conocido.

Obra de Vicente Mateu-Fotografía ZAIBI

Esos primeros años, con la entrada de los años 80, fueron un sueño hecho realidad para todos los que estábamos allí, en ese nuevo mundo de la moda, cuando comenzaba a darle la importancia que se merecía, trabajábamos muchísimo con muchísima ilusión, el esfuerzo siempre merecía la pena, porque además nos divertíamos.

Estábamos en pleno estallido de creatividad, tanto en las artes plásticas como en la música y en la moda.

Cada uno aportábamos algo diferente con nuestras obras, incluso con nuestra manera de vestir, todos coincidíamos en las exposiciones, eventos, tiendas y lugares de ocio, nos llevábamos muy bien, tampoco éramos demasiados y nos conocíamos todos.



 

Llegamos a unirnos formando un equipo de diseñadores en una tienda montada ex profeso para apoyar y dar a conocer un nuevo concepto de la moda en Valencia, donde se vendían modelos exclusivos o con una producción mínima a buen precio y donde se valoraban la creatividad y la novedad.

Esta tienda tan especial estaba situada en la calle Caballeros, cerca de mi estudio en la calle Carniceros, se llamaba “Pedro Adán”, el nombre del diseñador interiorista que creó la tienda. Había incluso peluquería y gabinete de belleza, fotografía, se hacían exposiciones, desfiles y fiestas en la misma tienda, venía la prensa y la televisión a entrevistarnos.

Era una novedad, una tienda diferente que tuvo muy buena acogida. La frase famosa para definirla “Cuestión de imagen”. Tengo muy buenos recuerdos. Allí estaba y allí conocí a Vicente Mateu.


 



Por la zona del Carmen y Caballeros triunfaban los lugares de ocio y encuentro, donde además de sitios de copas, se realizaban exposiciones de arte, desfiles de moda, tertulias…, eran una inspiración constante, una década irrepetible e inimitable. Entre ellos y uno de los que más destacaba era La Marxa (un nombre muy adecuado a la época), era nuestro preferido punto de encuentro, donde tuve también el placer y la gran satisfacción de llegar a conocer al entrañable Josevi Plaza.

 

Se inició un círculo de moda donde se apoyaba a los diseñadores y la iniciativa de acercar la empresa al diseñador y viceversa, creándose un equipo donde interveníamos y debatíamos sobre las propuestas de moda, las tendencias y la participación en las ferias y certámenes de moda, destacando FIMI y Cibeles, ya que el contacto entre Madrid y Valencia era muy cercano (hay que recordar que tanto Madrid como Valencia eran los centros de la llamada y conocida “Movida”), éste círculo se llamó en un principio “Círculo de Estilistas” y más tarde “Círculo de Moda”; y allí estaba Vicente Mateu.

A partir  del año 86, cuando yo me fui volcando al diseño para diferentes empresas y al mundo de la enseñanza, él seguía de lleno con su propia firma, participando y destacando en Cibeles mostrando sus elegantísimas e innovadoras colecciones con un complicado y noble material que él dominaba, la piel, utilizaba la napa con gran habilidad para dar formas extraordinarias a sus prendas. Destacaba, era único. Allí en Cibeles me lo encontraba cada temporada, cada año, siempre con una gran sonrisa y simpatía venía a saludarme e interesándose por mí y mis proyectos, él que ya triunfaba e incluso con su conocida timidez demostraba con esos bonitos detalles la humildad y el valor como persona que tenía, valorando y preocupándose por todos sus amigos y compañeros. Son solo algunas muestras de los preciosos detalles e envidiables actitudes que se quedan grabadas en la memoria.

Ha sido todo un privilegio y un gran honor haberle conocido.

El alma del hombre es
como el agua.
Viene del cielo,
se eleva hacia el cielo
y vuelve después a la tierra,
en un eterno ciclo
.”
(Goethe)

 

“… La vida es lo que siempre ha sido. 

El hilo no se ha cortado. 

¿Por qué estaría yo fuera de vuestra mente? 

¿Simplemente porque estoy fuera de vuestra vista? 

Os espero; No estoy lejos, sólo al otro lado del camino. 

¿Veis? Todo está bien.”

San Agustín (354-430)

 

Hasta siempre Vicente Mateu