lunes, 31 de diciembre de 2012

ROJO Y NEGRO




Rojo y Negro (Le Rouge et le Noir) no es la novela de Stendhal de 1830 , bueno sí lo es, pero no es el tema para este post, aunque con tanto retro, aire vintage y estilo neoecléctico, podría ser perfectamente, podría ser incluso una inspiración, pero no, no es el caso
Chanel 1993

Ni con los colores de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo, de sindicatos de anarquistas y de clase), fundada en 1910.
Ni con los colores de la organización anarquista CGT (la Confederación General del Trabajo), descendiente de la CNT creada en 1977.
Tampoco tiene que ver con la película española Rojo y Negro de 1942, aunque es un tema interesante, ya que fue prohibida recién estrenada, y no salió a la luz hasta 1996…ni tiene que ver con los colores de la bandera falangista, nacida en 1933, sigue siendo un tema interesante (película y bandera) para analizar.


Simplemente en plenas fechas navideñas, es una combinación de colores, unidos o separados, muy, pero que muy recurrida y la más deseada para vestir en estas fiestas que estamos acabando.

Vogue 1954


¿Por qué? Buena pregunta. Aunque puede haber tantas respuestas…vamos a ver si encontramos las más adecuadas.

Analicemos significados.
Rojo, es un color primario en la luz, aunque en la pintura pasa a ser llamado magenta, y el rojo lo retiran a secundario (mezclando el magenta con el amarillo)....

Rojo, en la liturgia (gracias al papa Inocencio III) simboliza el fuego, la sangre y la realeza.

Rojo, es el muérdago, que se considera desde hace mucho, mucho tiempo, que da suerte.

Rojo, es la flor de Pascua, que da suerte y fortuna a sus propietarios….eso dicen.

Rojo, es un color caliente, se asocia con el fuego, el poder, el peligro, la sangre, la pasión, la felicidad, el optimismo, la confianza, la guerra, la ira, el sexo, la Navidad…

Rojo, es una total contradicción, visto, lo visto.


Amaya Arzuaga inv-2013

Y el negro….pues lo mismo, repaso lo que publiqué sobre el negro en el post GRIS y NEGRO:

Amaya Arzuaga 2012/2013
Negro, es la ausencia del color, absorbe todos los colores.

Negro, es la atracción del calor, dicen que negro (absorbe nada más y nada menos que el 98% del calor que llega a la superficie).

Negro, se asocia con el misterio, la austeridad, el aislamiento, la reflexión y la noche, como algo positivo y negativo, dependiendo de sus dosis y momentos, claro está.

Negro, se asocia con la muerte, de ahí el luto, (nunca me ha gustado seguir esta norma costumbrista).

Negro, cine negro, humor negro, el mercado negro….Ahí el negro se lleva la peor parte.

Negro es el carbón, como el de los Reyes Magos para niños muy malos.

Negro, el recurso ideal para muchos escritores que no quieren o no saben escribir.

Negro, el color favorito de los existencialistas (máxima representación en Juliette Greco), de los místicos, emos y góticos.

¿Por qué es tan utilizado en plenas fechas navideñas?

Pongamos un poco de pasión, de calor, de sexo, de felicidad, de optimismo, de confianza, de todo lo bueno que aporta el rojo, incluyendo el color asociado a la Navidad.


Pues con el rojo tenemos una buena razón.

Valentino.Campaña-OI-2012-13


Pongamos un poco de misterio, de calor, de austeridad (no hay más remedio y falta nos hace), de reflexión y del color de la noche, de todo lo bueno que tiene el negro.

Pues con el negro tenemos otra buena razón.

DKNY-invierno-2012/13

Los dos están asociados con el calor, y calor es lo que más deseamos estos días.

Vogue 1954


Os deseo un esperanzador y muy feliz 2013


jueves, 20 de diciembre de 2012

Un referente: Jean Paul Gaultier



Definitivamente he batido el record desde la última publicación, ya sabéis que no dispongo de mucho tiempo, y también es verdad que llevo una cola de nuevas entradas esperándome.

En fin, poco a poco.

Y aunque no estaba prevista esta entrada dedicada a Jean Paul Gaultier, quiero compartir por medio de este blog la magnífica exposición del genial Gaultier.
 “El Universo de la moda: De la calle a las estrellas” por medio de la Fundación Mapfre de Madrid.

Una muestra que recorre toda su enorme trayectoria durante 35 años con 123 trajes, vestuario para teatro, bocetos, fotografías, videoclips, escenas de películas (hay que recordar las de Almodovar y el "Quinto elemento" por ejemplo), simpáticos y extraordinarios maniquíes virtuales, casi reales, que hablan, entre ellos él mismo. Una exposición que merece la pena visitarla y poder conocerlo más.

Jean Paul Gaultier, es un ejemplo de un completísimo y gran artista, completísimo diseñador (desde vestuario a interiores), figurinista, sastre y modista.



Un ejemplo de cómo se puede empezar con tan poco y llegar tan lejos.




Un ejemplo de carácter, muy trabajador con una excelente calidad, lleno de entusiasmo y gran sentido del humor.



Un ejemplo de motivación.

Pero no voy a hablar ni de la exposición (ya hay mucho escrito, aunque cada uno lo veamos de forma diferente), ni de su interesantísima trayectoria, más que nada porque ya sería muy largo.


Solo quiero basarme en él como referencia, y precisamente el haber podido ver su magnífica y excepcional exposición me ha dado pie para desear editar este post.



Desde mis comienzos como diseñadora, era uno de mis personajes más admirados, sus locuras y genialidades me animaban más a volcarme en este mundo tan competitivo y poco comprendido de la moda en su versión más creativa.

Hay que recordar que durante los inicios de los años 80 era difícil entrar, por lo menos en España, que llegaran a considerar y valorar la moda como algo creativo, que pudiéramos aportar una nueva manera de vestir.

Algunos intentamos romper con esa idea de la moda como algo que carecía de importancia, donde las manifestaciones de creatividad se veían como algo frívolo, un mundo poco valorado y desconocido.

Cuando además de no valorarse, se desconocía las diferencias de modistas, costureras, diseñadores de moda y figurinistas.

Hasta mediados de los 80 costó hacer crecer el interés sobre el mundo de la moda; los libros sobre moda, tanto histórico como sociológico, no se llegaron a ver en España hasta mediados de los años 80.


Los que estudiamos diseño de moda durante los últimos años de los 70, concretamente Figurines (como se le llamaba esta carrera), lo pasamos francamente mal para encontrar información, teníamos que recurrir a los libros editados fuera de España, ni siquiera teníamos la asignatura de Historia de la Moda, teníamos Historia del Arte, y de ahí quien tuviera interés tenía que ventilárselas, relacionar el arte con la moda e investigar por su cuenta con los mínimos medios, sin facilidades, sin información, ni becas, ni “na de na”.

Quizá el hecho de que costara tanto, y entrar en la lucha por conseguir realizar nuestros proyectos, fue paradójicamente lo que más nos motivó a unos pocos que nos dio la locura de meternos en este mundo.


Pues bien, después de este breve prólogo....fue precisamente Jean Paul Gaultier nuestro pistoletazo de salida, nuestro "enfant terrible", una de las referencias para motivar.


De hecho a finales de los 80 y durante los 90, no solo se disparó el número de estudiantes de diseño y diseñadores, si no que llegó a desbordarse, tanto, que se llegaba a decir una frase que yo no podía soportar: “Diseñas o trabajas”.

Pues Jean Paul Gaultier, ese "enfant terrible", ese loco atrevido, provocador e innovador, odiado y adorado, aportó mucho al mundo de la moda; también hay que decir que el ambiente ayudaba mucho, había surgido una nueva generación, donde se hacía todo lo posible por no tomarse en serio nada, aunque se trabajaba mucho y con mucha ilusión, donde la prioridad era la diversión, donde se vivía la calle tanto, que incluso en trabajos y profesiones más serias habían muchos que cambiaban su “look” completamente cuando salían del trabajo, se convertían en punks, rockers o lo que realmente les gustaba llevar y ser en la calle, donde había un gran interés por la cultura; creando un nuevo concepto en que ciertas locuras pueden llegar a aportar un buen nivel cultural y artístico.

También hay que decir que esta motivación se deformó, creando un interés masivo en querer ser más creativo que nadie, en pensar que cualquiera podría ser un gran diseñador, innovador y creador comparable a nuestro ejemplo Gaultier, se empezó a llenar de estudiantes de diseño que estaban convencidos que se iban a comer el mundo, y que la creatividad consistía en diseñar cualquier locura que se les pasara por la cabeza, sin ningún valor ni aportación a la sociedad, sin ningún esfuerzo ni ninguna lucha para conseguir sus sueños, pero eso sí, con todos los medios, ayudas, becas y subvenciones a su favor....y así, ñoras y ñores, no puede salir nada ni nuevo ni bueno.

Una acertada frase del comisario de la exposición, Thierry-Maxime Loriot sobre Jean Paul Gaultier: “Gaultier no sigue tendencias, las crea. Además, es un gran sastre y todas sus piezas son atemporales”

Una curiosidad: Con siete años ya realizaba dos colecciones completas al año, con accesorios incluidos.


Una obsesión: Entre otras, las rayas marineras. Según Loriot: "Son algo clásico... ¡Las utilizaba Coco Chanel, Popeye o Picasso!

Una anécdota: “En WWD escribieron que una de mis colecciones era sadomasoquista.
No lo era, estaba inspirada en la lencería. Compré el libro de sadomasoquismo más subido de tono que encontré y lo mandé a la redacción con una nota en que les sugería que aprendieran la diferencia entre lencería y sadomasoquismo. Cuando mostramos nuestro trabajo nos convertimos en gladiadores esperando que el pulgar vaya arriba o abajo. No es fácil, pero hay que aceptarlo”.

Una + una frase = Dos: “La moda es, hoy más que nunca, un asunto de egos. Todo son demostraciones de poder: quién es quién, quién se sienta dónde…"

“No aprecio el sistema de la moda, pero trabajo desde dentro para transformarlo”.


Excepto las dos primeras, las imágenes son de la exposición que pude fotografiar con mi móvil, que no es ninguna maravilla, por lo que es evidente que la calidad brilla por su ausencia, pero nos podemos hacer una idea y admirar sus extraordnarias obras de arte.

jueves, 6 de diciembre de 2012

El primer Modista con Firma propia

Con este post quiero hacer un pequeño homenaje al “Padre de la Costura” Charles Frederick Worth.


Más que nada por ser precisamente el primer MODISTA y no MODISTO, como bien defiende Lorenzo Caprile, que creó su propia firma, de hecho firmaba cada una de sus obras.

Y para hacer algo así, tuvo que ser no solo muy bueno, si no montárselo muy bien.

Aprovechando el gran crecimiento de la Revolución Industrial Textil del siglo XIX, llevó su calidad de tejidos, nuevas técnicas, corte y costura que adquirió en dos firmas importantes de Inglaterra a París, la zona más admirada de la moda, se le ocurrió la gran idea de realizar el primer atelier en la Rue de la Paix de París, primero con su socio capitalista Boberg en 1858 y en 1871 tras el parón causado por la guerra franco-prusiana, despega con su propia casa y firma, donde presentaba sus colecciones y sus exquisitas clientes iban personalmente a ver su exposición y hacer sus pedidos. Toda una innovación.


No comenzó de la noche a la mañana montándose su atelier, si no como un simple empleado en una tienda, eso sí, de mucho nivel, especializada en la venta de chales de cachemira y tejidos para trajes y confección. Allí comenzó todo.
En 1855 expuso en la Exposición Universal, y ganó una medalla por la novedad en presentar un curioso vestido, con otra manera diferente de llevar la cola, sustituyendo la cola sujeta a la cintura de la época, él la presentó desde los hombros.

Y....voilá!  Conoció a Marie Vernet, su compañera de trabajo en la prestigiosa tienda, quien sería su mujer, y su modelo,  parece que también fue el primero en utilizar a una mujer como modelo, sustituyendo en ocasiones al maniquí, la mejor manera de presentar y exponer sus obras a sus clientes.
Marie Vernet
Marie Vernet, debió ser una mujer extraordinaria, también su mejor representante, dicen que le puso en contacto con la condesa  Metternich, y de ahí todo el séquito aristocrático, seguido por la alta burguesía.
Fue un innovador en presentar las colecciones de temporada y en su propio atelier.

Sus clientes, evidentemente, no eran de cualquier nivel, toda la aristocracia europea acudía a él, princesas como Pauline Sandor de Metternich, muy chic ella, era una de las más entusiastas, de las mejores y más influyentes de la moda parisina,
quien le ayudó a conseguir un buen nivel de clientes de la aristocracia y la realeza, como a su amiga la Emperatriz Eugenia de Montijo; llegando a nombrarle proveedor de la Casa Real, incluso a incorporar el sello real a su firma.
 La emperatriz Eugenia de Montijo retratada por Franz Xaver Winterhalter, vestida por Charles Frederick Worth

Otra curiosidad es que no solo vestía a la aristocracia y alta burguesía, también consideradas actrices como Sarah Bernhardt, y realizaba el vestuario tanto femenino como masculino para obras de teatro y óperas, trajes de día, de tarde, de noche y de ceremonia.

Charles Frederick Worth 1889
Worth fundó junto a su hijo Gastón, un organismo que hacía falta para proteger las casas de alta costura, en 1880 “la Chambre Sindycale de la Couture Française”. Primero tuvo el curioso nombre de “la Chambre Syndicale de la Confection et de la Couture pour Dames et Fillettes”


Era un gran defensor de la crinolina en sus inicios, incluso le llamaban “Monsieur crinoline”.
 
Worth para la duquesa de Morny, con crinolina, 1863

Pero parece que no le convenció, y pasó directamente al polisón, todo el volumen dado para la creolina lo llevó hacia el trasero con el polisón. No sabemos si por petición de alguna cliente o por iniciativa y creatividad suya, pero se le atribuye su creación.
(Esto puede ser debido al interés y la moda de la equitación, e interés hacia una “comodidad” con los trajes sastres de amazona, derivados del masculino, compuesto por chaqueta y falda)

Charles-Frédéric Worth: Vestido en tafetán muaré y raso de seda, pasamanería de seda, encaje mecánico con polisón (París, 1870). Museo Textil y de la Indumentaria de Barcelona, Col. M. Rocamora.Foto © Quim Puyol
Él desapareció con el polisón, la tournure, el pouf y el llamado “segundo polisón” (segundo periodo del polisón, de 1883 a 1888), y con el efecto de polisón con pliegues y lazos.

Justo en pleno auge de la Belle Epoque y con el tímido adiós al estilo Victoriano.

Continuaron sus descendientes, hijos, nieto y sobrino, toda la family, ¡cómo no iba a seguir la gran familia con La Grande Maison! Sus hijos Gaston-Lucien y Jean Philippe continuaron, incluso ahora son confundidos con su padre creyendo que son obras de Charles Frederick, cuando solo podían ser de sus hijos, más que nada porque pertenecen de 1897 a los años 20,
Worth (hijos) Evening dress, 1925, The Metropolitan Museum, New York
continuaron hasta los años 50, y el pobre Charles Frederick ya había dejado este mundo antes del estreno del siglo XX, en 1895, siguieron el nieto y el sobrino con la heredada Maison Worth, se acoplaron al cambio, se acomodaron, seguían con mucha calidad, pero entre la dura competencia y el inicio de la decadencia de la Alta Costura, desapareció en 1953, una pena no conservar la primera firma con nombre propio de la Alta Costura hasta hoy.

Pues nada, un nombre para recordar, una buena referencia para la Moda y la Alta Costura.


Crinolina Marc Jacobs para Louis Vuitton, 2012. Museo Des Arts Décoratifs

Bolsa Polisón creada por Vivienne Westwood para Louis Vuitton. -Fotografía d Inez Van Lamsweerde y Vinoodh Matadin (1997)

¡Feliz puente!